Nuevos mercados para las herramientas y aplicaciones TIC: la atención a las personas dependientes

El envejecimiento de la población es un fenómeno a nivel mundial, y según las previsiones de la ONU implicará que en el año 2050 la población mayor de 60 años superará a la de los jóvenes menores de 15. Un envejecimiento poblacional de esta magnitud, comporta sin dudas cambios profundos en múltiples áreas, como en el ahorro y la inversión, el mercado de trabajo o el consumo y los mercados de productos y servicios disponibles. Este envejecimiento tiene como consecuencia primera y más directa un crecimiento de los recursos necesarios para la atención y los cuidados sanitarios de estas generaciones tan longevas, efecto que se acentuará en países con alta esperanza de vida como España, que según diferentes previsiones estará entre los países más envejecidos según estimaciones para 2050.
Castilla y León, además de registrar una de las mayores proporciones de población envejecida dentro de España, reúne algunas características singulares que añadir al reto de mejorar esta atención a la dependencia : la ruralidad y la dispersión de gran parte de su población dependiente.
Rasgos de las personas dependientes en el uso de las TIC
El colectivo de personas mayores y dependientes es heterogéneo no sólo en necesidades sino en cuanto a su perfil como usuarios potenciales de soluciones TIC. Además las características de la población son cambiantes dentro del colectivo, por lo que podemos encontrar personas que tienen limitaciones sensoriales severas, pero también usuarios con diferentes grados de buena condición física. La formación o experiencia académica y laboral, también determinan su menor o mayor conocimiento de las tecnologías en general, y de las TIC en particular, y también su patrón de uso pasado puede impulsar o limitar una fácil transición hacia su uso instrumental.
Una característica reseñable dentro del colectivo de personas con dependencia, es el alto porcentaje de personas dependientes – o con problemas de salud agravados- debido a su edad. Esta característica define muchas de las dificultades de acceso a las utilidades TIC debido sobre todo a la brecha digital. Se trata de personas que por su edad no han tenido un contacto estrecho con dispositivos y aplicaciones tecnológicas, lo que determinará, por fuerza, la necesidad de adaptar las propuestas a un perfil de uso con conocimientos limitados sobre el funcionamiento de estas nuevas tecnologías.
La brecha digital intergeneracional, es por tanto un factor importantísimo que aumenta al fijarnos en la variable del género y entorno de vida. En relación a este aspecto, en el último informe que el CSIC elabora sobre envejecimiento se hace referencia a las posibilidades que pueden ofrecer las TIC ante las necesidades especialmente presentes en este grupo de población, y los objetivos y razones que este colectivo busca solventar a través del uso de estas tecnologías.
Un grupo de estas necesidades se refieren a carencias derivadas del aislamiento y la soledad de este colectivo. En este sentido las aplicaciones TIC que fomentan la comunicación, el sentido de pertenencia y participación social de las personas, o hacen más accesible para éstas, información, recursos o la realización de actividades gratificantes de forma social o individual son requerimientos planteados de manera recurrente por las personas mayores.
La edad demuestra que aumenta la posibilidad de vivir en soledad, por lo que se incrementa notablemente el número de hogares unipersonales. Según datos del INE a partir de la Encuesta Continua de Hogares (EOI), el 29% de las mujeres y el 14% de los hombres viven solos. Destaca el dato que confirma que la mayoría de las parejas mayores de 65 viven juntas.
La evitación de desplazamientos o la teleasistencia son también objetivos valiosos para los mayores, junto con aquellas aplicaciones que facilitan su mayor independencia y autonomía en la toma de decisiones. En la misma línea, el mantenimiento de hábitos de vida saludables y la prevención del deterioro cognitivo, junto a la adhesión a tratamientos y pautas médicas es otro ámbito a explorar.
Por último, también existe una demanda significativa tanto por parte de los usuarios como de su entorno relativa a mejorar la seguridad de los mayores, aunque son precisamente las aplicaciones de telealerta las que han tenido un desarrollo más temprano y una mayor incorporación dentro de los catálogos de soluciones ofrecidas a los colectivos de mayores y de personas dependientes.
Un mercado en crecimiento : La población dependiente
Castilla y León presenta un volumen creciente de población con diferente grado de dependencia que hace especialmente necesario impulsar y apoyar iniciativas que promuevan mejoras en eficiencia y calidad de la atención prestada. Atendiendo a los datos recogidos del Imserso para Castilla y León, el número de personas dependientes atendidas en 2017, es de 89.9981. Si desglosamos los datos en función de los grados de dependencia reconocidos según la Ley de Dependencia, definidos como I, II y III, son atendidas 29.103, 30.520 y 30.358 personas respectivamente

Evolución de los grados reconocidos en 2016 y 2017.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por el Imserso.
Según los datos de prestaciones recogidos en los años 2016 y 2017, se observa un aumento de población con grado de dependencia reconocido, en torno a 4.155 personas, creciendo especialmente los casos de dependencia de grado III – que representan un 33,74% de los casos de dependencia en Castilla y León frente al 29,65% que se cuantifican de media en España- que es el grado más alto de dependencia reconocido.
Obstáculos de las personas dependientes para hacer uso de las TIC
Estos aumentos de usuarios tan elevados suponen un reto para la administración, que necesita desarrollar un sistema de gestión más eficiente, muchas veces con el auxilio de herramientas TIC que permitan cubrir todo el territorio y coordinar a los diferentes agentes que participan en todos los procesos sociosanitarios y asistenciales.
Paralelamente es un mercado poco abordado por las empresas hasta ahora, debido posiblemente a las dificultades en enlazar los dispositivos y potencial tecnológico existente con las necesidades y problemática propias de este colectivo dependiente.
Desde la perspectiva del posible uso de soluciones tecnológicas por parte de personas dependientes, los principales obstáculos se refieren a cuatro áreas diferentes:
- El alto coste de estas soluciones tecnológicas, que influye en el desarrollo de las mismas, pero también en una menor posibilidad de distribución, uso y acceso entre los usuarios.
- Existencia de problemas de utilización por los colectivos diana. Estos problemas de utilización exigen una profunda labor de adaptación en su diseño y presentación a estos colectivos, que suelen mostrar una gran reticencia inicial a su uso sobre todo por parte de las personas de mayor edad.
- La confidencialidad y privacidad de los datos que manejan estas aplicaciones es también un problema que repercute no sólo en su diseño, sino también en la valoración que de su uso hacen los usuarios potenciales.
- La falta de estándares y de interoperabilidad entre sistemas es otro problema que también repercute en los usuarios, que se enfrentan a una curva de aprendizaje mucho más exigente al tener que desenvolverse en entornos y soluciones diversas en su planteamiento, tecnología de soporte, funcionamiento y acceso.
La consecución de resultados y avances en cada una de estsa áreas será determinante en las posibilidades que las TIC ofrecen a las personas dependientes.
Los principales hallazgos e información sobre el colectivo dependiente como usuarios y demandantes de aplicaciones TIC se resumen en la infografía incluida a continuación:


